La Gran Pirámide, clave secreta de la Atlántida
Larousse Editorial (tapa dura). Barcelona, 2016.
29,00 €
Descripción
Edición de Larousse de La Gran Pirámide, clave secreta de la Atlántida.
La Gran Pirámide constituye un permanente foco de atracción para visitantes e investigadores, y es fuente de inagotables interrogantes acerca de una civilización capaz de construir, hace miles de años, un monumento que todavía hoy nos causa admiración. Esta obra presenta el fruto de un pormenorizado y pluridisciplinar estudio de la Gran Pirámide partiendo de los recursos que ofrece la arquitectura y desvela, uno tras otro, los principales misterios que envuelven a esta «enciclopedia de piedra»:
- Cómo era la forma original del monumento.
- Cuándo empezó y acabó su construcción.
- Cuál fue la causa última de erigirla.
- Qué motivó su nombre oficial: el «Horizonte de Keops».
- Dónde podría encontrarse la Cámara Sepulcral del faraón.
El descubrimiento de un Código Secreto, que «hace hablar» a los números y que se halla asociado a las medidas y magnitudes de la Gran Pirámide revelará, por último, uno de los mayores enigmas de la antigüedad: el nombre de la civilización madre que daría origen a los antiguos egipcios. Una información que puede ser decisiva para esclarecer uno de los misterios más fascinantes de la historia de la Humanidad: la ubicación de la Atlántida.
Vicente Collado –
Es un libro impresionante por su rigor científico y por la ingente cantidad de datos y conclusiones que aporta.
Realmente sorprenden sus extraordinarios descubrimientos fruto de una concienzuda investigación y de su visión multidisciplinar inédita hasta la fecha.
Este libro permite una segunda lectura para ir asimilando tantos hallazgos que amplían el horizonte del lector.
¡Mi más sincera felicitación al autor!
Rafa Rodríguez –
Cuando terminé de leer el primer libro de Miguel el 2 de agosto de 2016 mi primera reacción fue buscar su contacto en internet en ese mismo momento necesitaba hablar urgentemente con él, tenía mil preguntas y sabía que la mayoría de ellas quedarían sin respuesta pero estaba seguro que por su forma de escribir tendríamos horas de interesante conversación, han pasado casi 7 años y hoy en día nos une una bonita amistad.
Recuerdo como si fuera ayer nuestra primera charla, en seguida comenzaron a surgir numerosas sincronicidades que nos llevaron un tiempo después a darnos cuenta que la probabilidad matemática a veces no es suficiente para explicar porque determinadas personas conectan al unísono y parecen conocerse de toda la vida.
Miguel reafirmaba en mi en todo momento lo que decía Carl Gustav Jung:
“Tú visión devendrá mas clara solamente cuando mires dentro de tú corazón… Aquel que mira afuera sueña. Quien mira en su interior despierta.”
Mi primera cuestión la tenía clara y no dude en preguntarle:
¿Cómo has descifrado un enigma que lleva codificado tantos siglos?
Con una risa pícara y complice, característica de Miguel me miró y me dijo: el enigma estaba ahí, solo había que mirar con otros ojos y leerlo en el lenguaje universal, el lenguaje de la ciencia, en ese momento ya tenía toda mi atención.
Como en la novela de Carl Sagan, “Contact” Miguel encarnando el espíritu del personaje de Ellie Arroway hablaba en el lenguaje de la ciencia pero al mismo tiempo mantenía la mente abierta y el espíritu intuitivo del Padre Palmer Joss y conseguía entender la arquitectura metafísica que como una botella lanzada al océano cósmico del espacio y el tiempo codificaba en la Gran Pirámide una base de datos con una información vital presentada en forma de piedra, con un tremendo poder simbólico para toda la humanidad.
Cual sacerdote geómetra de la casa de la vida, Miguel utilizaba de forma intuitiva el pensamiento lateral, un método de pensamiento que puede ser empleado como una técnica para la resolución de problemas de manera imaginativa, este término lo acuñó Edward de Bono en 1967 y se refiere a la técnica que permite la resolución de problemas de una manera indirecta y con un enfoque creativo, el pensamiento lateral es una forma específica de organizar los procesos de pensamiento, que busca una solución mediante estrategias o algoritmos no ortodoxos, que normalmente serían ignorados por el pensamiento lógico, ahora no me cabe duda que los antiguos, nuestros ancestros utilizaban también este sistema.
Siempre me ha llamado poderosamente la atención la relación maestro-alumno que se daba en la antigua Grecia, el maestro en una dialéctica y retórica constante planteaba al alumno numerosos interrogantes, el maestro de esta forma retaba intensamente el intelecto del alumno haciendo que creciera su curiosidad y que no decayera el entusiasmo porque sabía que precisamente ese “ενθουσιασμός” (Entusiasmos) era una de las cosas que nos conectaba con lo divino, con el extasis con el “entheos” la chispa divina que todos llevamos dentro, volver a reconectar con la intuición de lo que ya sabemos pero no recordamos, volver a unir lo humano y lo divino. Dicen que cuando el alumno está listo llega el maestro y así mismo me siento con Miguel, un maestro clásico de éste nuestro antiguo siglo XXI.