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El Plan de Ordenación de Giza

CONJUNTO MONUMENTAL DE GIZA

En la investigación realizada sobre Giza se ha afrontado una importante dificultad: la falta de planos detallados con medidas específicas, tanto de la arquitectura que ha sobrevivido al paso de los milenios, como del yacimiento arqueológico.

A pesar de las incertidumbres causadas por esta carencia, la investigación se ha ampliado desde la Gran Pirámide de Keops hasta la Gran Esfinge, la Pirámide de Kefrén y la Pirámide de Micerino.

El estudio de la Esfinge y de las otras dos pirámides demostró que quien diseñó la Gran Pirámide previamente había integrado su arquitectura en el resto del conjunto monumental, por lo que Giza devino un paradigma del urbanismo de la antigüedad.

Los trabajos desarrollados han permitido realizar la reconstrucción del modelo del conjunto monumental de la meseta de Giza a partir de los mismos conocimientos científicos hallados en la Gran Pirámide, y han confirmado una primera intuición:

Las 3 pirámides de Giza componen un conjunto arquitectónico diseñado unitariamente durante la IV Dinastía mediante el Plan de Ordenación de Giza.

Este plan de urbanismo funerario fue desarrollado por fases, al construir cada uno de los tres faraones la pirámide que le habría de servir de tumba.

Y se diseñó a partir de una preexistencia: la Gran Esfinge, que fue construida varios milenios antes de la inauguración de la Gran Pirámide.

El plan inicial con que fue concebido el conjunto monumental se deformó parcialmente al trasladarlo de los planos al territorio, ya que pasaron más de 6 décadas y 3 generaciones de arquitectos entre la primera —la Gran Pirámide de Keops— y la última—la Pirámide de Micerino—.

Los respectivos arquitectos constructores de las tres pirámides acumularon pequeñas desviaciones en la fijación del norte, desviaciones que generaron errores de replanteo con las consiguientes diferencias respecto del modelo inicial.

El resultado fue que deformaron ligeramente su geometría original Y ese modelo primigenio del plan de urbanismo funerario es el que se ha buscado y se ha conseguido restaurar a través del proceso de investigación. Porque ese modelo original nos revelará los conocimientos de los arquitectos que lo proyectaron.

Por tanto, más allá de la realidad actual de Giza y de la posición de sus monumentos, la investigación se ha centrado en descubrir el modelo del proyecto original, lo que ha permitido establecer sus medidas y las leyes matemáticas y geométricas proyectadas por sus arquitectos.

Foto: Marcello Bertinetti

Y los hallazgos realizados confirman que responden a un proyecto unitario, cuya referencia fue la Gran Esfinge preexistente desde milenios antes. La profundización en su estudio ha permitido resolver su enigma de león arcano, al descubrir su antigüedad exacta y la causa de la construcción de este monumento astronómico único.

Finalmente, también la geometría ha revelado por qué Djedefre, el hijo y sucesor de Keops, construyó su pirámide en Abu Rawash 8,2 km al noroeste de la tumba de su padre. Y la resolución de este interrogante dará un giro inesperado a la comprensión de Giza y a su dimensión real, ya que su Plan de Ordenación enlaza matemáticamente con la Pirámide de Djedefre, lo que dio lugar a un megaproyecto de urbanismo funerario.

En el Libro 2 (inédito) se recoge esta investigación que representó pasar de la metarquitectura de la Gran Pirámide a un metaurbanismo egipcio que más allá de Giza, resultó extenderse por el país del Nilo.

El proceso de reconstrucción geométrica del modelo original de Giza ha permitido un acercamiento a una cosmovisión que se hallaría posteriormente en la arquitectura de los grandes monumentos y en las ciudades del pasado. Porque ellos y ellas tienen un papel esencial en la transmisión de la cultura.

La arquitectura y el urbanismo del pasado actuaron como contenedores
y transmisores de una arcana sabiduría: la Ciencia Antigua.

Y ello sucede simultáneamente en la arquitectura y en el urbanismo de Menfis, de Tebas o de Atenas, de Roma, de Washington o de Barcelona. Ver Proyecto Egipto- Atlántida.

Esta cosmovisión que integra cosmología y cosmogonía y que es, a la vez, científica y religiosa —es decir, simbólica y mitológica—, se expresó mediante múltiples interconexiones que parecen referirse a una unidad a la que todo parece estar conectado.

Esta conexión conceptual que integra en esa unidad a la ciencia con la divinidad, retrasa el origen de la civilización hasta milenios a. C., como nos lo irá revelando la Ciencia Antigua, que desde Egipto se expandió por toda la Civilización Occidental.